miércoles, 15 de junio de 2011

El Acantilado~

A veces deseo sentir sin tocar... y escuchar sin oir, porque cada vez que toco o escucho... entiendo que no me entienden. Sigo sin entender el porque no se entiende que la paciencia es la articulación para aceptar la realidad. Que la serenidad es la aceptación del dolor y no la expresión de una sangre de horchata.
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Sigo observando que hay prisa en vivir... y todo para llegar a ninguna parte. Que tanta intensidad, no es mas que ir clavando cuchillos en el tiempo y salpicando de insatisfacción ese famoso instante del que todos pretendemos disfrutar.
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